Todavía aquí, hay un alma en pena... a veces el afán le gana y quiere hacer del mundo áñicos. no quiero salir a la ventana para no ver el atardecer, ese que te recuerda con los lentes grandes, y la voz finita...todavía de vez en cuando me siento en mi sala y prendo un cigarrillo, o quizas dos, cuestionando nuestro actos y de una manera grosera, egoísta y celosa, queriendo que con nadie mas compartieras; que llegaras a mi puerta lleno de preguntas y esperando la respuesta que de mi boca, frente a ti nunca pudo salir. " te quiero" y no como se quiere a un amigo, te quiero como para romper los vidrios y lanzarnos al vacio, con un paracaídas en forma de alas, como para aprender a nadar, para tocar tu guitarra, y cantar con tu voz finita y la mía un poco temblorosa, para tomarte una foto y pegar en mi pared, y jamás olvidar que el amor se disfraza de ángel, pero el mio aun no consigue sus alas.
l.k
Ojo de poeta.
Mirando desde la tierra húmeda, el ojo de poeta roza con sus raíces los troncos mohosos hospedados en los bosques antioqueños. Acariciando sigilosamente a su enemigo, comienza su peligrosa y estética táctica para reinarlos, las verdes ramas que salen de sus extremos se alargan invadiendo el cuerpo troncoso de los árboles como una manta color montaña separada por las ramas de aquel moribundo colega. En la inmensidad se puede observar aquella majestuosa belleza que desgarra por dentro las hojas y deja tambaleándose a las mariposas intrusas con sus esporas mortales mientras que; por fuera, viste de hermosura la silenciosa muerte. Ana M.
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