Blanca Rosa

Quisiera seguir caminando de tu lado, en los jardines que me regalaste imaginariamente.
Te siento presente en cada pétalo de todas las flores que ahora adornan mi balcón y mi vida. Llevas en tu nombre la representación del amor y acompañas la paz como las palomas en su símbolo; Blanca Rosa, cortada por ángeles con tanta sutileza; que ahora tus raíces yacen en su reino, adornando los jardines de la eterna primavera. 
Lucías siempre tan radiante; tus labios rojos, el cabello siempre organizado; y dar gracias a Dios ante todas las cosas. Tus cabellos teñidos de blanco con pinceles de sabiduría dejan en mí sus líneas, ya las veo. vieja rosa, ya espero el mes de abril para verte. 
Se forman nubes grises dispuestas a hacer su labor; en nuestras ventanas escurren ríos de agua divina enviadas desde arriba. Gris intimidante jugando a hacernos fuertes en medio de su caos, ¿acaso lloras, vieja rosa? No te preocupes, los domingos todavía son días de fiesta y los hijos de tus nietos mencionan tu nombre con amor inocente, y dramatizan las anécdotas narradas. No te preocupes, nuestras almas rasgadas están siendo cosidas por las experiencias, aunque para eso tuvimos que pasar por algunos episodios que tal vez ya te contaron los hijos que han llegado de nuevo a tu lado. No te preocupes vieja, recuerda que en abril siempre hay primavera y con tu partida dejaste trazada la línea de unas raíces abonadas con humildad, en ellas nuevas vidas nos unen, crecen como pequeños retoños, ellos no te conocerán; vieja, más que en fotos y algunas historias que seguiremos narrando con orgullo. Y prometo que, cuando llegue Abril, sonreiremos juntas.

Ana M. 

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