Podría escribir en cualquier momento... En el trabajo, en un andén, en el bus yendo a estudiar; pero no era suficiente, para describirlo a él tendría que estar en el momento indicado, y de la manera indicada.
20/07/2017... Hoy estuve con el, y comprobé que puede ser como dos mundo diferentes, que existe un antes y durante ( antes de la traba, y durante ella...) Yo ahora estoy en el después, justo en el momento donde podría escribir y describir mejor lo que es él.
Es una llegada sería, donde a veces no hay ni un beso, ni siquiera un estrechon de manos, "hola" y continua...
(Escucharlo decir pocas cosas y prestarle tanta atención que podría con eso decir que el mundo se paraba y solo el existía.)
Luego lo "prende" y comienza su otro yo: sonriente, con brillo en sus ojos, con la mirada empezando a buscar la luna o quien sabe que sea lo que busca, pero se va perdiendo de a poquitos hacia el cielo.
Vuelve a mí y comienza a sonreirme, buscar la manera de hacerme conquillas ( como si disfrutara mucho verme reír, o hacerme una maldad ) y yo le sigo su juego hasta que empiece a contar una historia improvisada con algún suceso que pasa a nuestro al rededor... Tan convincente que hasta podría escribir un libro con esas historias.
Me abraza, me intenta dar un beso en la cabeza o la mejilla, lo logra con timidez y me coge la mano quedandonos en completo silencio... Sólo dejándome acariciar su mano, y verlo como si lo fuera a gastar, quizás se sienta incómodo, pero yo soy feliz en ese momento...
Es como si ese estado en el que estamos saca su lado oculto, demuestra un poco de lo que siente, de lo que piensa, podría decir que es mi estado favorito, porque lo siento ahí... Conmigo... Cuando se va, llega el después, y es cuándo podría pasar días sin saber de él, casi un olvidó que yo me niego a aceptar, pero solo busco una excusa para que cuando llegue el viernes podamos vernos... Así volver a esos momentos donde la vida es el, y yo la disfruto casa segundo.
L.k

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